Cuadro de Ernesto García Peña (CUBA) |
Beso la luz posada en los rincones,
en los pliegues dorados y silentes
de tus senos frugales, penitentes,
desatando con furia tus pezones.
Como un arco tu espalda sibilina,
ebria de gozo y vicio imaginario,
se transforma en levísimo santuario
que en mis manos disipa la neblina.
Hecha de sal, de esencia coralina,
tu vulva abre de un tajo sus mitades,
púrpura y rosa, flor, concha marina
Convertida en mi cruz, mi relicario,
hambrienta de puñal y de humedades,
mi amuleto, mi estigma, mi calvario.
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