Ayer, en la presentación del libro del artista, crítico y cronista de arte Ángel Alonso: «ARTISTAS CON MAYÚSCULAS», en la hermosa y entrañable «Llibreria de la Imatge», en Barcelona.
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sábado, 18 de noviembre de 2023
sábado, 4 de noviembre de 2023
Yo, en "Artistas con mayúsculas", de Ángel Alonso.
He recibido el libro “ARTISTAS CON MAYÚSCULAS”, una obra del reconocido artista plástico, curador, crítico y cronista de arte, Ángel Alonso. Es un verdadero privilegio formar parte de sus páginas y tener el honor de compartir espacio con grandes figuras de la plástica contemporánea, artistas que admiro profundamente. Como si eso no fuera suficiente, también ha llegado a mis manos el último número de la revista ARTEPOLI. En ella, se me menciona en dos artículos y se incluye una crónica escrita por mí.
Confesiones musicadas
Imagen creada con IA, sobre una idea de O. Moré
Confesiones musicadas
I (Canción)
Aquí vengo, cargado de derrotas,
al filo de una luz que me desvela,
tratando de borrar cada secuela
que el tiempo me dejó en las alas rotas.
Y vengo con el ánima cansada,
del borde de un islote, entristecido,
allí, frente a su mar, lancé un gemido
que el mar me devolvió desde la nada.
Dejé tras de mi espalda el desconsuelo,
mi verde resiliencia, los engaños
y una vieja escalera sin peldaños
que nunca me condujo a ningún cielo.
Boqueé como un pez, desde la orilla,
a la espera que el agua sanadora
me curara las llagas de mi otrora
y me hiciera «engendrar la maravilla».
Ahora llego a tus brazos de espartana,
sin égida ni júbilo ni honores,
porque al fin evité los estertores
del muerto que murió de vida insana.
II (Bolero)
Ya llego, ya te veo, tus brazos me reciben,
me adentras en tu carne y empieza la simbiosis,
los glóbulos se funden, llega la apoteosis,
los frutos eclosionan y las pieles exhiben
nuestra metamorfosis.
El viento que me trajo regresa hacia el islote.
El mar llora mi ausencia. La palma, que se inmola,
lacera el cielo amargo, parece una pistola
que dispara y que grita: ¡Ah, Judas Iscariote,
tu casa quedó sola!
Le temo al desarraigo, y temo que el olvido
se vuelva un pez de hielo que borre mi escritura
y que luego se abisme, inmerso en la negrura,
al fondo de algún pozo donde quedar perdido
por siempre en la amargura.
Mas sé que tu crisálida protege del veneno
que a veces inocula la diáspora en la mente,
y sé que entre tus surcos de tierra, diligente,
yo he de sembrar contigo la paz que trae el trueno
de erótica simiente.
III (Son)
La yagruma, en mis sueños la yagruma
con sus míticas hojas de dos caras,
con su sombra imprecisa, que me abruma,
y sus dotes de orisha aún ignaras.
La yagruma que quiere que yo asuma
mi arrebato, mi vida, mi congoja...
La yagruma, en mis sueños la yagruma.
¡La yagruma, la doble paradoja!
En mis venas penetra tantas veces,
y en el pecho, en la pelvis, en el sexo,
con su savia, placebo de reveses.
Hoy me cura y mañana es inconexo
espécimen de miedos y dobleces
intentando sacarme de contexto.