Dibujo de Max Klinger / Alemania (1857-1920) |
Otra persona
Como Moisés fui un héroe en busca del camino,
un animal, un pez, un órdago latiente,
un pertinaz caballo, quizás un nubio ardiente,
que en tres grandes brazadas llegaba a su destino.
Si pude abrir las aguas fue porque me conmino
la luz de la esperanza que al fondo, penitente,
me daba su calor y envuelto en su torrente
logré salvar el hoyo donde era yo inquilino.
Llegar a la otra orilla sin fe y sin bandera
fue esa crucial batalla que el mar no me perdona,
así que sigo inerte en pos de la quimera.
Las aguas siguen turbias, aquí, en Barcelona,
y ya no soy el mismo guardián de la palmera
que trajo su locura, ya soy otra persona.
O. Moré /2020
Me encantan los alejandrinos. Una vez más uno de tus ejercicios catárticos. Siempre pesaroso tanto de estar aquí como de haberte ido de allí.
ResponderEliminarSin lugar a duda, catarsis dualística para mantenerme sano. O, al menos, eso espero.
EliminarGracias mil por estar aquí. un abrazo enorme.
Qué laborioso oficio el de acomodar palabras. Qué desencanto hay detrás de ellas y con qué belleza y arte se expresa allí esa batalla que dividió a uno en dos personas, tironeando de ellas, buscando su lugar en el mundo. Aché, hermano Ovidio. Un placer leer tus cosas.
ResponderEliminarGracias, compañero. Sí, así es, a veces el desencanto te lleva a partirte en dos. El tiempo te curte y te hace comprender que eres parte de una metamorfosis inevitable. Es la lucha de un hombre ante sus circunstancias.
EliminarSiempre un placer tenerte aquí. Un abrazo enorme cargadito de aché.