Todos los óleos que ilustran esta entrada son de Denis Núñez /Matanzas 1967 / CUBA |
CRISTALES ROTOS
La maldita
circunstancia del agua por todas partes
me obliga a
sentarme en la mesa del café.
Virgilio Piñera (La isla en peso)
Primer pedazo
Puedo hablar de
las calles
que se apagan
como antorchas
en su propia neblina.
Hablar de esa
estación de piedra
donde el tren
descarriló
su ruta
cuaternaria, y de su silbido de dragón
alado;
hablar del
duende que decapita
las flores
minúsculas y los tréboles de la suerte,
porque vivimos (pretérito perfecto simple) en la
penumbra
y en el vagón
descarrilado,
donde el enano
jugaba a que
éramos
marionetas
¿o somos? da
igual... de todas formas
el viento nos
empujaba y nos hacía bailar
a su antojo.
Segundo pedazo
Ajenos al mar y
a sus olas
dormíamos sobre
una tabla de bagazo.
Yo dormía y no
soñaba.
El sueño costaba
lo mismo que los frijoles.
El sueño estaba
por las nubes,
los frijoles
también.
Y así aprendimos
a amar tras los naranjos
y en los
platanales sombríos;
a, con cuidado, sorber
el aire,
porque el aire
era para todos
y había que
compartirlo.
Pero el agua nos
era ajena,
nos aislaba.
El agua estaba prohibida,
como la manzana
del pecado.
Tercer pedazo
Amanecer al
café, al buchito de café
y al sol que
rajaba las piedras,
menos las del
alma,
esas seguían
ahí, en erosión continua.
Amanecer, sólo
amanecer,
porque el día
acaba cuando justo empieza
y empieza cuando
justo acaba.
(Serpiente que se muerde la cola)
Luego masticar
el aire compartido,
pero sus tajadas
frescas no nos sacian.
Tender una mano
a la locura,
y jugar a que
escribes versos
que sabes nunca
nacerán,
porque parir
cuesta un horror.
Cuarto pedazo
Donde hablo de
la nieve
y de Andrómeda,
de las Tres
Gracias o
El nacimiento de
Venus y de la caña de azúcar.
Dónde mezclo y
remezclo
país con tierra
y tierra con cosecha
y cosecha con
amigos
y amigos con
distancia
y distancia con
país,
o lo que es lo
mismo:
Isla.
Mezclo isla con
nieve
y nieve con
Andrómeda
y Andrómeda con
caña de azúcar
y caña de azúcar
con país,
o lo que es lo
mismo:
Isla.
(otra vez la serpiente se muerde la cola)
Último pedazo
Pedazos rotos
que caen en la ceniza,
en la raíz de la
angustia, con la levedad
del pétalo.
Y en la cornisa
donde atisbábamos
la nostalgia de
aquellos que se fueron
en la lluvia y,
desde las costas
de otro universo,
nos lanzaban sus sirgas
para que no
dejáramos naufragar su barca
ni la nuestra,
vivimos (presente).
A pesar de eso
el huracán vuelve cada año
y se lo lleva
todo, destruye
la hierba que
logró reverdecer. Inunda,
anega.
El espejo se
incendia con un rayo
y se rompe,
y nos vemos bajo
el agua,
sumergidos.
Pero cada
amanecer recogemos los cristales
y restauramos el
espejo.
( y la serpiente vuelve a morderse la cola)
O. Moré
9/9/08
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