sábado, 23 de enero de 2010

Diez de Diez

As de Corazón / O. Moré (Osvaldo Moreno) / CUBA


I
De nuevo la incertidumbre
en este mar sin oleaje.
De nuevo pagar peaje
para subir a la cumbre.
No hay antorcha que me alumbre
y me muestre el buen sendero.
Sigo en el estercolero
que desata mis miserias.
Observo las caras serias
clavado en este madero.


II
El viento ulula en mi fuero
y simula tempestad.
Levito, no hay gravedad
en el profundo agujero.
El día muere, y yo muero
cuando el frío me entumece.
Mi lengua siempre enmudece
pues los dioses no perdonan.
Los dioses sólo coronan
al que, postrado, les rece.


III
Siempre está el que envilece
para ser sombra del rey,
es su consigna, su ley,
y cree que todo merece.
Sobre su testa aparece
un aura de santo vivo,
y no sabe que cautivo
seguirá siempre a la vera
del rey, lo quiera o no quiera.
El destino es vengativo.


IV
Nunca he querido ser divo,
siempre discreto estaré.
No sé si soy o seré
por ello muy negativo.
Yo que vestí verde olivo,
yo que tuve de guerrero
sólo soy un prisionero
en una inmensa pecera.
Mi vida no es lo que era,
pero soy hombre sincero.

V
No corro tras el dinero
ni me cubro con las sedas;
no soy cisne que a las Ledas
les viole por el sendero.
No soy aquel caballero
que se escuda tras la espada,
por no ser yo no soy nada,
únicamente persona:
un animal que razona
y consulta con su almohada.


VI
Me gusta la poesía,
La escrita y la natural:
la que nace en el cristal
de la mañana vacía
y siga adornando el día
aunque el vidrio se oscurezca.
Sigue viva, sigue fresca,
Eva nocturna en su Edén.
Yo la busco y digo: Ven…
Para que nunca amanezca.


VII
Perfecto no soy, lo sé.
Aprendo de mis errores,
son como viejos dolores,
todos tienen su por qué.
En la vida el que se cree
“perfecto” ya es defectuoso.
Nada es feo ni es hermoso,
en todo hay cierto matiz.
Siguiendo esta directriz
quizás salgamos airosos.


VIII
Me duele la sin razón,
la desidia, el despotismo.
Me duele el oportunismo.
Duele la conspiración,
y duele tanta traición,
tanta injusticia y descaro,
y el hallarme sin amparo
en esta cápsula oscura.
Ando buscando la cura
pero el remedio es muy caro.

IX
No soy duende ni soy mago,
en los milagros no creo.
Ni soy bonito ni feo,
lo que me dan bien lo pago.
Algo en mí hizo un estrago
y me dejó inapetente
de mostrarme ante la gente
sin coraza ni antifaz:
la puñalada mordaz
me mataba lentamente.


X
Aquellos que se atiborran
de su aura y de su ego
no saben que en este juego
las partidas siempre borran
las Parcas, aunque ellos corran
tendrán el mismo destino.
Hay un final del camino
y allí iremos a parar,
seas un santo de altar
o seas un asesino.

sábado, 16 de enero de 2010

Mi amada se llamará...

Ilustración: René Portocarrero
Mi amada se llamará Flora, Gaviota, Gema…
Y sus ríos cortarán las cortinas de humo.
Su sombrero para el sol…
(porque tendrá sombrero para el sol)
me recordará la cara oculta de la luna.
Ella se mojará de vino
en mi oscuridad y mi balanza.
Su nombre recorrerá las escaleras
donde seremos marisma y dentellada.
Cuando baje a tierra no ocultará los faros,
sólo caminará a donde la luz le indique.
Me traerá el cáliz de fino cuello
para que bebamos nuestra propia agua.
Seremos un territorio inexplorado;
animalillos asustados de placer.