viernes, 14 de septiembre de 2018

Náyade

Mi querida hermana, la cantautora cubana de música infantil, Tania Moreno, ha llegado al medio siglo de edad. Hoy, entre otros agasajos, quiero dedicarle este dibujo hecho expresamente para ella, que va acompañado de un pequeño poema en décimas. Ambos, dibujo y poema, llevan por título: Náyade, ya que cuando éramos adolescentes, y ella había entrado a estudiar a la escuela de arte, yo le puse este apelativo al que le sumé el apellido Mozart, porque mi hermana rezumaba (y aún rezuma) gracia y talento musical por los cuatro costados; ella a mí, por su parte, me puso el de Ovidio, como el poeta latino; porque para ese entonces yo ya le había cogido demasiado el gusto a lo de poetizar.

Felicidades, mi herma. Va por ti.




Náyade / rotuladores de pintura acrílica sobre cartulina negra/ O. Moré 2018

Náyade peces libera
cuando mira al infinito
y en el oleaje fortuito
la canción se desespera.
Náyade es la sementera
de una música marina
que cual versos de Alfonsina
visten el mar con la espuma
de allá donde la Yagruma
su identidad difumina.

Náyade, cabello al viento
se trasviste de coral
y su canto es vendaval
que aflora del sentimiento.
Luego en un arpegio lento
con una guitarra alada
se torna ninfa encantada
para al silencio dormido
arrancarle algún gemido
que ahuyente el frío y la nada.

Texto e ilustración:
O. Moré ® 2018
(Especial para Tania Moreno)










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