domingo, 22 de noviembre de 2009

Embolismo con lluvia.


Llueve. Llovizna persistente, pertinaz, jodedora. Chin, chin, chin…Gris. Neblina sobre la montaña y gris, gris apagado, sucio. El camino es un barrizal barrido por los coches. Chas, chas, chas, hacen los coches, chas. El frío se cuela a través de los barrotes de la ventana. Ventana abierta. Ventana minúscula que me devuelve un paisaje húmedo, chorreante. ¿Qué hay detrás de la ventana, Bolaño? Chas, chas, chas, hacen los coches, chas. Una vida mojada, sí, detrás de la ventana, una vida de agua, eso es lo que hay. Y mi vista que se aleja, hacia allá, hacia el gris apagado, sucio. ¿Qué busco? ¿Un signo? Qué busco en la lejanía, en la lejanía lejana, allá, allá, en el infinito. Allá, allá tú me ves, allá: Dijo Pilar, dijo Martí. ¿Y yo, qué veo? Agua. Veo agua. Veo indiferencia, veo altivez. Los coches hacen chas, chas, indiferencia, chas, chas, altivez, chas, chas... Ah, y prepotencia, chas. Chin, chin, chin...O tin, tin, tin. Tin, tin, la lluvia cayó…Dijo Teresita Fernández. No, cayó no, cae, aún cae, se desprende, moja lo mojado y lo remoja. Llueve sobre mojado, dijo Silvio. Bolaño ¿qué hay detrás de la ventana? Otra ventana, una grande, inmensa, descomunal, abierta, democrática. Gigante, azul, abierto, democrático, en fin, el mar, dijo Guillén. El mar, que también es agua. Todo es agua, dijo Osmome. Del agua nacimos y al agua volveremos, no al polvo. Polvo y agua: barro. Somos barro en el barro y en las manos de Dios ¿existe Dios? El agua existe, la estoy viendo. H2O.

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