martes, 9 de febrero de 2021

Sonetos

 

                                                   Yo, visto por el pincel de Lola Rodríguez (Barcelona)

 SONETOS

(Enero)

El llamado de Dios

Que vengan hacia mí los iletrados,
los tontos del redil, los aguafiestas,
que vengan las fulanas manifiestas
del sexo interracial y los pecados.

Que vengan los idiotas contumaces,
las vírgenes del vicio y la lujuria,
los perros apestados de penuria,
los frikis del montón con sus disfraces.

Que vengan los borrachos de poemas,
los tímidos, los lelos del instante,
los faltos de moral con sus dilemas,

que soy Dios en un circo itinerante
y les quiero curar llagas y eccemas
con mis versos de iluso tolerante.

O. Moré ® 2021

Interrogatorio con supresión del es

Cuál el agua que mueve los molinos,
cuál el viento que agita las veletas,
cuál el gas que expelen los cometas,
cuál la piedra que corta los caminos.

Cuál el fuego que quema los destinos,
cuál el polvo que cubre viejas metas,
cuál la tinta de negras historietas,
cuál la tierra de ilusos peregrinos.

Cuál la savia de árboles del mal,
cuál el lodo de inútiles pantanos,
cuál la arena que cae hasta el final.

Cuál el vidrio de espejos inhumanos,
cuál la sangre del último mortal,
cuál el cielo de ateos y paganos.

O. Moré ® 2021

Antropofagia del Fauno

A veces me camuflo entre la hierba
como un fauno ridículo y dolido
mas otras soy un légamo de olvido,
inocente que en barro se preserva.

A veces la jauría me destroza
y quedo a la merced del ojo humano
y apenas puedo ser indio cubano
siendo carne de fauno pesarosa.

Otras veces, antropófago del yo,
me devoro a mí mismo lentamente
sin saber qué poema me mató.

Y luego, cuando el sol muere silente,
germino donde el verso me enterró
trastocado en poeta displicente.

O. Moré ® 2021

Dialogando conmigo mismo.

¿En qué lago de oscuras soledades
hundiste tu cabeza de Mercurio
y en qué muros de místicas ciudades
mataste el revival y el buen augurio?

¿En qué mares dejaste las verdades,
en qué puerto, qué dársena o tugurio?
¿Dónde han ido el valor y sus bondades;
por qué hay en tu versar un viso espurio?

¿Poeta, dime cuándo y dime dónde
la pulsión se te escapó inapetente…?
¿Si en la gruta de Sócrates se esconde?

¿A qué cielo de negro decadente
echaste tú a volar el verso, a dónde,
jugando a ser un mártir combatiente?

O. Moré ® 2021

Ausencia.

La casa está vacía, tu presencia
se ha ido a deambular a otro universo,
y mudo me he quedado, no converso,
la afasia me tortura con violencia.

Acudo a la canción con la inocencia
de un chaval que adolece, algo perverso.
No logro exorcizar ni un sólo verso,
me hundo en un abismo de impotencia.

Escribo en la pared (también te extraña)
signos raros y símbolos fugaces
de una surrealista telaraña.

Luego acudo a mi armario de disfraces,
me visto de Neruda (él me acompaña),
a ver si al fin te encuentro entre mis frases.

O. Moré ® 2021

(Febrero)

Doce antideseos y un deseo desesperado.

No quiero ser mastín del vituperio
ni quiero ser el déspota de turno;
no quiero ser el negro en un nocturno
ni el blanco en el marmóreo baptisterio.

No quiero ser pregunta ni respuesta
ni quiero ser ciudad siempre sitiada;
no quiero ser un rostro de la nada
ni quiero ser el gordo de la apuesta.

No quiero, óyelo bien, ser pez silente
ni quiero mis palabras por agallas,
me basta con mostrarme transparente.

No quiero ser el Cid de mil batallas
ni ser un Jesucristo omnipresente,
sólo quiero besarte mientras callas.

O. Moré ® 2021

Quomodo transieris vitae

Voy por la vida como quién pasara
por una ruta tétrica y oscura,
y puedo transcribir esa locura
en cada surco y poro de mi cara.

Voy por la vida con pasos silenciosos
con el cuidado de no pisar cristales
y a veces me reencuentro en los portales
con los ojos paganos e injuriosos.

Están ahí, siniestros y morados,
acechantes, en vilo y abocados,
esperando que cruce alguna puerta.

Están ahí, con la mirada experta
invocando hechizos trasnochados
para ver si mi lengua queda muerta.

O. Moré ® 2021

Las ilusiones perdidas…

Perdida la razón, perdido el canto,
mi cuerpo se debate misterioso
y juega a ser versado y melodioso
en una partitura hecha de llanto.

Perdida la memoria, yo entre tanto
dibujo fantasías y ominoso
me entierro en una cárcel, lujurioso,
con diosas que me envuelvan es su manto.

La vida me ha cambiado, no hay espera,
el tiempo se ha burlado en mis espejos
jugando a que fui un trozo de quimera.

Hoy sé que ya extravié los catalejos,
que muero en este mar negro pantera
consciente que he perdido los reflejos.

O. Moré ® 2021