Cuando pienso en ti
Y en tu estatua de
sal viva,
En las numerosas
estrellas que penden de tus ojos,
Siento algo de mar
batiendo una playa desierta.
Cruzo los caminos y a
mitad de una transparencia
Mis pasos, como
perdidos ecos,
Dejan huellas en tu
carne.
Cuando pienso en ti,
En tu lujuria
medieval, en tu silueta mordida por la luz,
En esas tardes de
gris cayendo sobre la ciudad,
Y tus manos atrapando cada espacio de viento,
De nostalgia, cada
espacio de lluvia
Y telaraña, cada
espacio, abro
Una puerta
imaginaria,
En el umbral hay
peces que saltan a las nubes,
Y nubes que bajan a
los campos a confundir su verde
Con el verde de la
hierba.
Cuando pienso en ti,
Amor mío, luna mía,
esperanza mía,
Cuando pienso en ti,
Me desnudo, me
acuesto sobre el aire y levito hacia lejanos astros.
Allí hay arpegios de
Vivaldi y de Beethoven,
Palabras cinceladas
por Martí o por Guillén
Y las sensuales notas
de una canción de Pablo.
Cuando pienso en ti,
Raza de manzano, de durazno…
Cuando pienso en ti
Con tus sabores
vegetales y tus lentillas
De ver mi cuerpo en
un mundo distinto,
Cuando pienso en ti,
amor mío,
También pienso en mí,
Y en nuestros cuerpos
fundiendo sus metales,
En nuestras manos
anudándose con cada aguijonazo.
Entonces invento un
teatrillo de mágicas marionetas
Que desesperadamente
van
Asesinando los
silencios, despedazando las distancias
Y se hacen el amor en
la cúpula de un sueño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario