Qué decir de la quimera
atorada en la garganta.
Queda muda, nunca canta
su canción, hasta que muera.
Como el panal que, la cera,
no deja escapar la miel;
como un marchito vergel
cubierto por la hojarasca
que no deja que allí nazca
ni un narciso ni un clavel.
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