Felicidades, mi herma. Va por ti.
Náyade peces libera
cuando mira al infinito
y en el oleaje fortuito
la canción se desespera.
Náyade es la sementera
de una música marina
que cual versos de Alfonsina
visten el mar con la espuma
de allá donde la Yagruma
su identidad difumina.
Náyade, cabello al viento
se trasviste de coral
y su canto es vendaval
que aflora del sentimiento.
Luego en un arpegio lento
con una guitarra alada
se torna ninfa encantada
para al silencio dormido
arrancarle algún gemido
que ahuyente el frío y la nada.
Texto e ilustración:
O. Moré ® 2018
(Especial para Tania Moreno)
(Especial para Tania Moreno)
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