Del olvido
El olvido me apuñala,
deja una marca en mi frente
y en esa herida candente
hay un recuerdo que exhala.
El olvido es una bala
perdida por mi cabeza
destrozando la riqueza
que he guardado gota a gota
en esta memoria rota
que ya muere de pobreza.
Sí, me apuñala el olvido,
mi sapiencia fagocita
y salvarla me amerita
pues no todo está perdido.
Desde hoy he decidido
entablar feroz combate
y la puerta a su dislate
irle cerrando sin miedo,
porque proponerme puedo
a este rey dar jaque mate.
Del error
Me voy vistiendo de errores
y aunque parezca harapiento
no crean que me arrepiento
porque han sido sanadores.
Aprendí que son las flores
que te enseñan que el traspiés
lejos de ser un revés
es un golpe necesario
para vencer el bestiario
que te rugirá después.
Y aunque son flores que huelen
a cierto tufo que ahoga
cortar de un tajo la soga
hace que rápidos vuelen.
Y sé que aunque algunos velen
agazapados mi vida,
no habrá error al que no pida
que me vuelva más humano
y que luego deje sano
mi cuerpo, sin una herida.
De la plástica
Dibujo sinuosidades
con tintas de mundos raros
donde mis ojos ignaros
descubren otras verdades.
Dibujo en las oquedades
barroquismos absolutos
y en los blancos impolutos
dibujo un pez sin memoria
con actitud perentoria
y sin grandes atributos.
Me desangro en la acuarela
visceral y ceniciento
y en cada trazo presiento
ser colorida secuela.
Luego pinto sobre tela
una mujer, y el delirio
es una orquídea, es un lirio
en nevada tropical,
y este hecho excepcional
acaba con mi martirio.
¡Alimentos!
¡Cuento con vosotros, alimentos!
Mi hambre no se calmará a mitad
de camino;
no se saciará sino satisfecha;
las reprensiones nada conseguirán
y con las privaciones sólo he
podido alimentar a mi alma.
André Gide
Del alimento
(Endecasílabo heroico puro.
Acentos obligados en 2ª, 6ª 10ª sílabas)
La mesa de mi casa me alimenta,
sus viandas me dan fuerzas y me
aúpan
y en este mismo sitio que hoy
ocupan
me aboco a decimar de forma
lenta.
No sólo tengo el pan que me
sustenta,
hay otros alimentos que me han
dado
nutrientes necesarios y han
dotado
mi acervo del valor de la
cultura.
Y ha sido mi Luperca la lectura,
que sabia y con rigor me ha
amamantado.
Dime razón
(Endecasílabo sáfico pleno.
Acentos obligados en 1ª, 4ª, 6ª, 8ª y 10ª)
Dime razón… ¿las penas yacen
solas?
Dime si soy remedo o blanco
hielo,
dime si busco nubes donde el
cielo
pinta mi cáliz blanco y rojo
aureolas.
¿Cómo saber si muerto sigo en
olas
vivas de sangre dando amor
fortuito?
¿Cómo saber si el fuego vence al
rito
cuando se acaba el tiempo y tanta
brisa
entra en mi mar, que fuerte va y me atiza
dentro del pecho como voz en
grito?
O. Moré
2018
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