Paisaje interior / O. Moré / CUBA |
Regreso
al jardín de la nada.
I
Vuelvo al jardín de la nada,
allá, donde los jagüeyes,
y casi todos los bueyes
perecen en la estacada.
Damocles lleva la espada
siempre sobre la cabeza
y nadie siente extrañeza,
nadie grita ni se inmuta,
nadie ha cambiado su ruta;
se arropan en la pereza.
II
Narciso se fue al espejo
del lago, tras el batey,
y se vio cual indio Hatuey
quemándose en el reflejo.
Y se quedó tan perplejo
al ver su metamorfosis
que ahora tiene la psicosis
de que es un Fénix mutante
y se pasea exultante
esperando una apoteosis.
III
Calibán va por la playa
donde las uvas caletas
se mecen como veletas
entre bancos de morralla.
Y ve que en una atalaya
el espíritu de Ariel
se ríe de forma cruel
de su esclavitud borrega,
entonces no se doblega
e imita a Guillermo Tell.
IV
Raskolnikov en su culpa
se regodea y se aliena
porque siente que fue hiena
y no encuentra una disculpa.
Ya nadie habrá que le esculpa
en la piedra, regio y bueno.
Purgará su desenfreno
en la inhóspita Siberia,
consciente que su “miseria”
sólo destiló veneno.
O. Moré
2016